“Muros es, sobre todo, un puerto. Su mirada ha estado siempre puesta en el mar. Desde la línea de costa suben callejuelas, luego convertidas en caminos por las laderas en las que constantemente encontramos, como salpicaduras de agua salada, las huellas de una cultura ligada a la Ría”.
A finales de la Edad Media, la proximidad a Compostela y la riqueza pesquera hacen de Muros la tercera villa de la costa gallega. Las crónicas mencionan, en 1488, una población de 1.000 vecinos –lo que significa entre 4.000 y 5.000 habitantes-, más que destacado para la época. En los siglos siguientes hasta la invasión napoleónica, seguiremos encontrando algunas descripciones que ensalzan la importancia del puerto y de la flota. Muros atraviesa épocas duras: pestes, hambre y ataques navales salpican la vida de varias generaciones. Aunque su importancia irá decreciendo frente a otros puertos, Muros seguirá destacando como potencia pesquera con una población vinculada al mar. Además de la mayoría de pescadores, muchos muradanos viven del mar como tripulación de mercantes, rederos o tratantes de pescado.
Hoy en día la lonja de Muros nos permite seguir disfrutando de los sabores del mar. Aunque apenas llega ya la sardina son muchas las opciones para nuestro paladar.
El nuevo rey de la pesca es, sin duda, el 'xurelo' o jurel. Le siguen especies como el 'polbo' (pulpo) y la 'xarda' (caballa). Pero la riqueza es infinita: faneca, maragota, pinto, merluza, congrio, chopo, centolla, nécora, raya, navaja, almeja, berberecho, mejillón...
Asomado a él, una fachada marítima que conserva el trazado histórico con soportales, callejuelas y plazoletas.
Es una de las villas marineras mejor conservadas del litoral gallego. Cuando llegamos se nos muestra su fachada de galerías y soportales, antiguamente situados sobre la playa.
El Casco Histórico de Muros es Conjunto Histórico Artístico dede 1970.