Fruto de la histórica relación que la Villa de Muros mantiene con el mar heredamos un rico patrimonio en forma de campanarios, capillas, retablos, imaginería y, sobre todo, historias y tradiciones.
Esta iglesia, cuyo interior recuerda la quilla de un barco invertida, es símbolo, en muchos detalles, de la espiritualidad de un pueblo ligado al mar.
Uno de los elementos más característicos de la iglesia es su pila del agua bendita, cuyo simbolismo la hace muy singular. En su interior se encuentra una serpiente, la representación del mal, que queda dominada por el agua bendita. Toda una alegoría del triunfo del bien sobre el mal.
La visita a la antigua Colegiata permite conocer en detalle sus diferentes elementos y simbolismo.
Incluye la subida a la torre y el acceso a tres salas, con la colección permanente de arte sacro. El visitante podrá contemplar valiosas piezas de orfebrería, ornamentos litúrgicos e imaginería. Destaca en su catálogo una imagen pétrea policromada de Santa Ana triple (s. XIV-XV), procedente de la primitiva iglesia parroquial.
Es todo un símbolo de la sociedad marinera y su religiosidad. Por una parte aparece vinculado desde sus primeras noticias a un hospital de 'lazerados' (leprosos), signo, por tanto de la caridad.
Por otra parte será centro de la devoción marinera; a Nuestra Señora del Camino se encomiendan los pescadores y navegantes, dando lugar a la constante entrega de exvotos, ofrenda en agradecimiento a un favor divino.
Se trata de una talla gótica de estilo toscano sin parangón en la Península, salvo una imagen similar que estuvo en la colegiata de Santa María del Campo de A Coruña y hoy ubicada en La Rábida, Huelva. No conservamos la cruz original y la figura ha sufrido modificaciones en la época barroca. La forma de expresar el dolor a través de los símbolos de la pasión, el rostro y el cuerpo, con cierta contención, remiten a la escuela toscana. No es, en todo caso, muy extraño en una población que mantenía contactos marítimos con Italia.
Característicos del santuario son también sus exvotos que agradecen la intercesión de la Virgen ante los peligros, desde una tempestad a un ataque pirata, como ocurre en sendos cuadros del siglo XVIII que ilustran y narran, en texto, los hechos. Llama la atención la maqueta conocida como Fragata del Tránsito, ofrecida probablemente en el siglo XIX y de la que no se conoce el motivo de la ofrenda.
La ría de Muros ya había visto la llegada de naves con peregrinos en el siglo XII, los cruzados –peregrinos armados- que en 1147 y 1189 visitaron Compostela para solicitar la mediación del apóstol antes de partir a Tierra Santa. A partir de 1361 se generalizan las peregrinaciones a Galicia desde los puertos británicos, con A Coruña como destino principal, recepción de la que también participaron los puertos episcopales de Noia y Muros, como indican los dos hospitales para pobres, enfermos y peregrinos fundados en Noia, y el que había en Muros, además del espital dos lazerados de Santa María do Camiño construido extramuros, en fecha indefinida del siglo XIV.
¿Se debe a la pura casualidad la existencia de un santuario con la Advocación Santa María do Camiño, edificación unida al lazareto al que acudían, entre otros, peregrinos enfermos que se dirigían a Santiago?