De las bateas penden cordones umbilicales que ligan a la vida a diferentes especies de moluscos, que multiplican así su reproducción.
A gran riqueza das augas e as beneficiosas condicións ambientais das rías galegas disparan as tasas de crecemento e calidade do mexillón. O mexillón de Galicia procede das bateas fondeadas nos polígonos de cultivo situados no interior das rías de Vigo, Pontevedra, Arousa, Muros-Noia e Ares-Betanzos.
En nuestra Ría de Muros e Noia hai unas 118 bateas repartidas en tres polígonos.
La época de cosecha depende, entre otras razones, de su destino. Así, el mejillón destinado a la conserva y a las empresas transformadoras se cosecha generalmente en el verano. El destinado al consumo en fresco se recolecta preferentemente durante el otoño e invierno. El Mejillón alcanza en nuestras costas su talla comercial (70-95 mm) en unos 17 meses, frente a lo que ocurre en otros países productores, donde el período de cultivo es mucho más dilatado (en el resto de Europa el mejillón necesita de 2 a 6 veces más tiempo para llegar a este tamaño).
El sistema de cultivo tradicional en Galicia es la batea, un diseño autóctono que es el de mejor rendimiento de los conocidos, y que ha convertido a Galicia en el líder europeo de producción. Es un vivero flotante constituido por un entramado de madera de eucalipto, de forma más o menos rectangular, sobre el que se atan las cuerdas de mejillón y se mantiene suspendida mediante un sistema de flotadores.
Pero no sólo se cultivan mejillones en bateas, tambien vieiras y ostras.
Galicia produce anualmente dos tipos de ostra, la plana o europea y la japonesa, especie para la cual los productores gallegos registraron el nombre comercial de "ostra rizada”. La temporada de las ostras salvajes comprende los meses de diciembre, enero y febrero. Después están disponibles todo el año por su producción en batea.
En cuanto a la vieira es el marisco más característico de Galicia, y no por su valor culinario, que no es poco, sino por su relación con el Camino de Santiago, el símbolo de los peregrinos que siempre la llevaban consigo en su recorrido hasta llegar a la Tumba del Apóstol.
La vieira en la batea presenta la dificultad añadida al no fijarse naturalmente a las cuerdas como las ostras o el mejillón, por lo que deben ser atadas manualmente una a una. Por su parte, las vieiras que viven en los fondos son capturadas desde lanchas con un aparejo especial llamado rastro o rastrillo.